Mitos y Ronchas que vive el Venezolano para llegar a Cúcuta en autobús
Por Yara Corrales @YaraBarbaraC1
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YARA CORRALES |
Tocar este tema tiende hacer controversial en la opinión del venezolanos, muchos viajeros provenientes de
diversos destinos del país ahorran y trabajan con esfuerzo por meses para
llegar a “la cuidad prometida” Cúcuta. Debo añadir que el cambio constante en
los montos del pasaje son exorbitantes puede incrementar semanalmente y no hay
quién los regule. Hay que destacar que los más necesitados en viajar somos
todos y cada uno de los habitantes en Venezuela, que en medio de la penuria se
debe comprar alimento y medicina en el país vecino.
Todo ello ocasiona la
oportunidad de intercambiar palabras para hacer más amenos el viaje, toparse con
las vivencias y condiciones que debe pasar uno como pasajero que decide
recorrer una larga distancia, están significativa ya que muchos buscan de emprender
con la reventa, como aquel que tiene al familiar, amigo y conocido padeciendo
de una enfermedad.
Primer
mito: ¿Los Buscama están en condiciones deplorables? en mi
experiencia, si se quedan accidentados y se debe aguantar hasta llegar al
destino que puede ser San Antonio o San Cristóbal. Un viaje puede durar 12
horas, pero en ocasiones se extiende, ya sea por el estado del transporte o por la falta de mantenimiento que
terminan deteniéndose en varios lugares de la carretera. Uno de los problemas
más frecuentes son el recalentamiento del motor y este necesita de agua para
continuar la travesía, al igual sucede con los cauchos espichados que requieren
cambiarse en ocasiones. De cierta forma este mito si es verdadero, ya que los
autobuses sea de la línea que sea, se quedan “varados” en el camino, ya no
existe esa exclusividad por alguna línea en específica, la crisis económica no
fue excluida de este medio de transporte.
Primera
roncha: en mi experiencia
al
quedarse el autobús accidentado el aire acondicionado no funcionaba, e
inmediatamente el olor nauseabundo proveniente del baño se hizo insoportable y
fuerte. La mejor opción es fue bajar y colaborar con lo que se necesitaba para
arrancar el bus. Se presentó la ocasión donde como pasajera me acerque al
chofer con molestia, la verdad viajar accidentado es la peor experiencia. Hay que destacar que no todos corren con la
misma suerte, algunos les va bien tanto en él viaje para llegar a Cúcuta cómo
al retornar a sus hogares.
Segundo
mito: las paradas son constantes
para comer y “estirar las piernas”? Puedo asegurar que son contadas las paradas
que se realizan antes de llegar a San Antonio o San Cristóbal, puede que sea
solo una vez que el chofer decida detenerse por lo general y la más segura es
en Barquisimeto en Santa Bárbara. Si hay sitios donde se hacen paradas
constantes, logre observar que es por el trato que tiene el chofer y el dueño de la
posada o local para estacionarse y tomar la clientela. Tanto el chofer
cómo el colector sacan provecho de ello, consume lo que desean y solo paga la
mitad de la factura. Lo que genera para
uno como viajero retraso para llegar al destino y hacer todo lo que uno
necesita.
Segunda
roncha: viajar en encava es incómodo? Lo viví en carne propia
hacen las paradas correspondientes, el
detalle es que no hay baño y mucho menos aire acondicionado. Con la salvedad
que el viaje se torna menos duradero.
Tercer
mito: en cada parada el pago de los servicios como: baño,
comida y recarga de celular. Se pueden pagar con la moneda del vecino país el peso¿ Basado en la situación actual que aguantan
algunos estado por la pérdida de luz gracias al “razonamiento” del mismo. El
pago por lo general es el efectivo en bolívares, pago móvil, transferencia y el
que desee en pesos colombianos.
Tercera
roncha: el efectivo es difícil conseguirlo, ya que la banca
privada actualmente no da mayores cantidades, el único es el Banco de Venezuela
y las colas en este son largas y de horas.
Cuarto
mito: se retiene la mercancía comprada por parte de los guardias
nacionales cuando se retorna de Cúcuta? Es algo que está totalmente prohibido.
Pero si el viajero carga consigo cantidades de productos y no posee consigo la factura
legal por cada compra realizada pueden llegar a “decomisarla” si notan algo
sospechoso en la persona. Escuche que, si se llega al punto de negociar para
dejar pasar la mercancía el pago puede ser en dólares o pesos. Influye mucho la
discreción con que viaje la persona en el mejor de los casos andar bajo perfil
es mi opinión personal. El autobús no lo detienen en todas partes como dicen
por allí, es cierto que anteriormente lo hacían para montarse en los autobuses
los policías con una perrita de raza Cocker spaniel, la función de esto era
localizar a las personas que pasaban la droga en sus maletas o en su cuerpo oculto a la vista de otros.
Cuarta
roncha: la paranoia y predisposición de una persona como
compañero de viaje. Tuve que vivirlo con un compañero de viaje, el cual era
insufrible no dejaba dormir habla mucho, se tornaba insoportable un viaje de 18
horas, por qué el autobús donde viajaba tenía una falla mecánica.
Quinto
mito: es cierto que para pasar a Cúcuta se necesita el
pasaporte¿ Algo realmente falso, yo solo requería de mi carnet fronterizo y
cédula de identidad, está es escaneada por trabajadores del servicio de
extranjería colombiana al momento de pasar por el puente Internacional Simón
Bolívar. Ahora si la persona que viaje a otros departamentos de Colombia o porque
va a emigrar debe pasar por las oficinas del SAIME para que selle su pasaporte
de salida.
Para finalizar este
reencuentro de anécdotas es la enseñanza que deja, “si del cielo al venezolano
le cae limones, hay que hacer limonada”. Él ciudadano de hoy se amoldo a la
situación tan precaria que se vive, más no han perdió la fe y se busca
alternativas hasta ver el cambio de país
que todos deseamos.
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