martes, 19 de noviembre de 2019

Columna de opinión


Mitos y Ronchas que vive el Venezolano para llegar a Cúcuta en autobús 




Por Yara Corrales @YaraBarbaraC1


YARA CORRALES
Tocar este tema tiende hacer controversial en la opinión del venezolanos, muchos viajeros provenientes de diversos destinos del país ahorran y trabajan con esfuerzo por meses para llegar a “la cuidad prometida” Cúcuta. Debo añadir que el cambio constante en los montos del pasaje son exorbitantes puede incrementar semanalmente y no hay quién los regule. Hay que destacar que los más necesitados en viajar somos todos y cada uno de los habitantes en Venezuela, que en medio de la penuria se debe comprar alimento y medicina en el país vecino. 
Todo ello ocasiona la oportunidad de intercambiar palabras para hacer más amenos el viaje, toparse con las vivencias y condiciones que debe pasar uno como pasajero que decide recorrer una larga distancia, están significativa ya que muchos buscan de emprender con la reventa, como aquel que tiene al familiar, amigo y conocido padeciendo de una enfermedad.
Primer mito: ¿Los Buscama están en condiciones deplorables? en mi experiencia, si se quedan accidentados y se debe aguantar hasta llegar al destino que puede ser San Antonio o San Cristóbal. Un viaje puede durar 12 horas, pero en ocasiones se extiende, ya sea por el estado  del transporte o por la falta de mantenimiento que terminan deteniéndose en varios lugares de la carretera. Uno de los problemas más frecuentes son el recalentamiento del motor y este necesita de agua para continuar la travesía, al igual sucede con los cauchos espichados que requieren cambiarse en ocasiones. De cierta forma este mito si es verdadero, ya que los autobuses sea de la línea que sea, se quedan “varados” en el camino, ya no existe esa exclusividad por alguna línea en específica, la crisis económica no fue excluida de este medio de transporte.  
Primera roncha: en mi experiencia al quedarse el autobús accidentado el aire acondicionado no funcionaba, e inmediatamente el olor nauseabundo proveniente del baño se hizo insoportable y fuerte. La mejor opción es fue bajar y colaborar con lo que se necesitaba para arrancar el bus. Se presentó la ocasión donde como pasajera me acerque al chofer con molestia, la verdad viajar accidentado es la peor experiencia.  Hay que destacar que no todos corren con la misma suerte, algunos les va bien tanto en él viaje para llegar a Cúcuta cómo al retornar a sus hogares. 
Segundo mito:  las paradas son constantes para comer y “estirar las piernas”? Puedo asegurar que son contadas las paradas que se realizan antes de llegar a San Antonio o San Cristóbal, puede que sea solo una vez que el chofer decida detenerse por lo general y la más segura es en Barquisimeto en Santa Bárbara. Si hay sitios donde se hacen paradas constantes, logre observar que es por el trato que tiene el chofer y el dueño de la posada o local para estacionarse y tomar la clientela. Tanto el chofer cómo el colector sacan provecho de ello, consume lo que desean y solo paga la mitad de la factura.  Lo que genera para uno como viajero retraso para llegar al destino y hacer todo lo que uno necesita.
Segunda roncha: viajar en encava es incómodo? Lo viví en carne propia hacen las paradas correspondientes,  el detalle es que no hay baño y mucho menos aire acondicionado. Con la salvedad que el viaje se torna menos duradero.
Tercer mito: en cada parada el pago de los servicios como: baño, comida y recarga de celular. Se pueden pagar con la moneda del vecino país el peso¿ Basado en la situación actual que  aguantan algunos estado por la pérdida de luz gracias al “razonamiento” del mismo. El pago por lo general es el efectivo en bolívares, pago móvil, transferencia y el que desee en pesos colombianos.  
Tercera roncha: el efectivo es difícil conseguirlo, ya que la banca privada actualmente no da mayores cantidades, el único es el Banco de Venezuela y las colas en este son largas y de horas.
Cuarto mito: se retiene la mercancía comprada por parte de los guardias nacionales cuando se retorna de Cúcuta? Es algo que está totalmente prohibido. Pero si el viajero carga consigo cantidades de productos y no posee consigo la factura legal por cada compra realizada pueden llegar a “decomisarla” si notan algo sospechoso en la persona. Escuche que, si se llega al punto de negociar para dejar pasar la mercancía el pago puede ser en dólares o pesos. Influye mucho la discreción con que viaje la persona en el mejor de los casos andar bajo perfil es mi opinión personal. El autobús no lo detienen en todas partes como dicen por allí, es cierto que anteriormente lo hacían para montarse en los autobuses los policías con una perrita de raza Cocker spaniel, la función de esto era localizar a las personas que pasaban la droga en sus maletas o en su cuerpo oculto a la vista de otros.
Cuarta roncha: la paranoia y predisposición de una persona como compañero de viaje. Tuve que vivirlo con un compañero de viaje, el cual era insufrible no dejaba dormir habla mucho, se tornaba insoportable un viaje de 18 horas, por qué el autobús donde viajaba tenía una falla mecánica.
Quinto mito:  es cierto que para pasar a Cúcuta se necesita el pasaporte¿ Algo realmente falso, yo solo requería de mi carnet fronterizo y cédula de identidad, está es escaneada por trabajadores del servicio de extranjería colombiana al momento de pasar por el puente Internacional Simón Bolívar. Ahora si la persona que viaje a otros departamentos de Colombia o porque va a emigrar debe pasar por las oficinas del SAIME para que selle su pasaporte de salida.  
Para finalizar este reencuentro de anécdotas es la enseñanza que deja, “si del cielo al venezolano le cae limones, hay que hacer limonada”. Él ciudadano de hoy se amoldo a la situación tan precaria que se vive, más no han perdió la fe y se busca alternativas hasta ver el cambio de país que todos deseamos.  

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