jueves, 21 de noviembre de 2019

Reportaje


La vida de un caletero en San Antonio


Caletear es el oficio de una persona que está dispuesta a levantarse a las 5 de la mañana y pasar todo el día a pie  cargando en su espalda el peso de maletas, bultos y sacos ajenos


Por Yara Corrales
@YaraBarbaraC1
       Este oficio representa la ayuda necesaria para aquel comerciante que visita San Antonio del Táchira, con la intensión de pasar a Cúcuta y comprar en ella mucha mercancía. La labor de caletear o cargar cantidades exorbitantes de peso totalmente a pie desde La Parada, para luego pasar por el puente internacional Simón Bolívar y si el visitante desea lo lleva totalmente a pie con todo y el cargamento hasta el terminal de san Antonio. Es lo esperado por muchos para obtener el pan de cada día sin cometer delito alguno.
Trabajar por pocos pesos solo para solventar su día cubriendo necesidades como el desayuno, almuerzo, cena y alojamiento. Es lo cotidiano, pero no se puede olvidar que la honradez no está perdida en medio de tanta  necesidad que se vive a diario en la frontera. El Caletero puede tener distintas caras y edades. Un chiquito que debe estar en la escuela adquiere habilidades solo para lograr llevarse el alimento a la boca.
Caletero cargando bulto. Puente
 Internacional Simón Bolívar. Foto Gustavo Videos  
Recibir maltratos psicológicos y verbales es lo padecido por cada persona que brinda este servicio.  Se hace evidente lo mucho que pierden desde la integridad, dignidad humana y hasta su propia vida. Distinguir entre el bien y el mal es la realidad de un caletero, la honestidad es la envidia de otro deshonesto.
Caletear no determina estar siempre triste, regalan sonrisas que reflejan la angustia por ganar esos 2 mil pesos que representa la cuota mínima.  La forma de ganar clientela, con la típica “charla” “te puedo ayudar se ve que vas pesada (o)” es lo más frecuente para ganarse el dinero.   La vida para este oficio puede ser tan corta ya que, puede perderla en cualquier momento por causa de una mala palabra o confusión con uniformados o entre ellos. Determinando así ese último aliento, un destino fatal que puede marcar por toda la vida a un individuo sin poder defender lo que hace con esfuerzo.
Caletero cruzando trocha. Bajo el puente Internacional
 Simón Bolívar. Foto Gustavo Videos.  
En este oficio existe una persona con alto rango encargado de mantener el orden, este determina si el caletero puede o no trabajar. Y si, se excede su cuota su resultado es el ante mencionando. Ese caletero puede tener miles de destinos y posibilidades pero se ve  perdido, por tratar de continuar con el estilo de vida que sirve como herramienta para subsistir en este pedazo de tierra que también es Venezuela. El alojamiento pagado por noche, en ocasiones son lugares sin mayor comodidad alguna es un espacio compartido con más desconocidos. 
Eficiente o no su servicio ganar un peso representa un aliento a continuar con la labor para el siguiente día. Plagada de mucha gente luchadora, deseosa de que ese caletero tenga un resultado distinto. A diferencia de otros que pierden la vida durante la noche y en la mañana su cuerpos yacen tirados sin dolientes cercanos por encima del puente y bajo de este.  Ser caletero es la profesión adquirida y adoptada por el venezolano. Es el resultado de un gobierno socialista.



martes, 19 de noviembre de 2019

Columna de opinión


Mitos y Ronchas que vive el Venezolano para llegar a Cúcuta en autobús 




Por Yara Corrales @YaraBarbaraC1


YARA CORRALES
Tocar este tema tiende hacer controversial en la opinión del venezolanos, muchos viajeros provenientes de diversos destinos del país ahorran y trabajan con esfuerzo por meses para llegar a “la cuidad prometida” Cúcuta. Debo añadir que el cambio constante en los montos del pasaje son exorbitantes puede incrementar semanalmente y no hay quién los regule. Hay que destacar que los más necesitados en viajar somos todos y cada uno de los habitantes en Venezuela, que en medio de la penuria se debe comprar alimento y medicina en el país vecino. 
Todo ello ocasiona la oportunidad de intercambiar palabras para hacer más amenos el viaje, toparse con las vivencias y condiciones que debe pasar uno como pasajero que decide recorrer una larga distancia, están significativa ya que muchos buscan de emprender con la reventa, como aquel que tiene al familiar, amigo y conocido padeciendo de una enfermedad.
Primer mito: ¿Los Buscama están en condiciones deplorables? en mi experiencia, si se quedan accidentados y se debe aguantar hasta llegar al destino que puede ser San Antonio o San Cristóbal. Un viaje puede durar 12 horas, pero en ocasiones se extiende, ya sea por el estado  del transporte o por la falta de mantenimiento que terminan deteniéndose en varios lugares de la carretera. Uno de los problemas más frecuentes son el recalentamiento del motor y este necesita de agua para continuar la travesía, al igual sucede con los cauchos espichados que requieren cambiarse en ocasiones. De cierta forma este mito si es verdadero, ya que los autobuses sea de la línea que sea, se quedan “varados” en el camino, ya no existe esa exclusividad por alguna línea en específica, la crisis económica no fue excluida de este medio de transporte.  
Primera roncha: en mi experiencia al quedarse el autobús accidentado el aire acondicionado no funcionaba, e inmediatamente el olor nauseabundo proveniente del baño se hizo insoportable y fuerte. La mejor opción es fue bajar y colaborar con lo que se necesitaba para arrancar el bus. Se presentó la ocasión donde como pasajera me acerque al chofer con molestia, la verdad viajar accidentado es la peor experiencia.  Hay que destacar que no todos corren con la misma suerte, algunos les va bien tanto en él viaje para llegar a Cúcuta cómo al retornar a sus hogares. 
Segundo mito:  las paradas son constantes para comer y “estirar las piernas”? Puedo asegurar que son contadas las paradas que se realizan antes de llegar a San Antonio o San Cristóbal, puede que sea solo una vez que el chofer decida detenerse por lo general y la más segura es en Barquisimeto en Santa Bárbara. Si hay sitios donde se hacen paradas constantes, logre observar que es por el trato que tiene el chofer y el dueño de la posada o local para estacionarse y tomar la clientela. Tanto el chofer cómo el colector sacan provecho de ello, consume lo que desean y solo paga la mitad de la factura.  Lo que genera para uno como viajero retraso para llegar al destino y hacer todo lo que uno necesita.
Segunda roncha: viajar en encava es incómodo? Lo viví en carne propia hacen las paradas correspondientes,  el detalle es que no hay baño y mucho menos aire acondicionado. Con la salvedad que el viaje se torna menos duradero.
Tercer mito: en cada parada el pago de los servicios como: baño, comida y recarga de celular. Se pueden pagar con la moneda del vecino país el peso¿ Basado en la situación actual que  aguantan algunos estado por la pérdida de luz gracias al “razonamiento” del mismo. El pago por lo general es el efectivo en bolívares, pago móvil, transferencia y el que desee en pesos colombianos.  
Tercera roncha: el efectivo es difícil conseguirlo, ya que la banca privada actualmente no da mayores cantidades, el único es el Banco de Venezuela y las colas en este son largas y de horas.
Cuarto mito: se retiene la mercancía comprada por parte de los guardias nacionales cuando se retorna de Cúcuta? Es algo que está totalmente prohibido. Pero si el viajero carga consigo cantidades de productos y no posee consigo la factura legal por cada compra realizada pueden llegar a “decomisarla” si notan algo sospechoso en la persona. Escuche que, si se llega al punto de negociar para dejar pasar la mercancía el pago puede ser en dólares o pesos. Influye mucho la discreción con que viaje la persona en el mejor de los casos andar bajo perfil es mi opinión personal. El autobús no lo detienen en todas partes como dicen por allí, es cierto que anteriormente lo hacían para montarse en los autobuses los policías con una perrita de raza Cocker spaniel, la función de esto era localizar a las personas que pasaban la droga en sus maletas o en su cuerpo oculto a la vista de otros.
Cuarta roncha: la paranoia y predisposición de una persona como compañero de viaje. Tuve que vivirlo con un compañero de viaje, el cual era insufrible no dejaba dormir habla mucho, se tornaba insoportable un viaje de 18 horas, por qué el autobús donde viajaba tenía una falla mecánica.
Quinto mito:  es cierto que para pasar a Cúcuta se necesita el pasaporte¿ Algo realmente falso, yo solo requería de mi carnet fronterizo y cédula de identidad, está es escaneada por trabajadores del servicio de extranjería colombiana al momento de pasar por el puente Internacional Simón Bolívar. Ahora si la persona que viaje a otros departamentos de Colombia o porque va a emigrar debe pasar por las oficinas del SAIME para que selle su pasaporte de salida.  
Para finalizar este reencuentro de anécdotas es la enseñanza que deja, “si del cielo al venezolano le cae limones, hay que hacer limonada”. Él ciudadano de hoy se amoldo a la situación tan precaria que se vive, más no han perdió la fe y se busca alternativas hasta ver el cambio de país que todos deseamos.  

sábado, 2 de noviembre de 2019

Editorial


Maracayeros deben ingeniárselas para dar

último adiós a sus difuntos


Por Yara Corrales @YaraBarbaraC1


 Son pocos los que pueden llegar a su última morada en “tranquilidad”.  Se puede decir que es toda una proeza para el familiar evitar gastar mucho dinero al momento de buscar el servicio que se requiere. Ya que uno de los factores que genera ese peso extra a los familiares es el actual ingreso salarial de cada familia, ni se acerca en poco a abarcar cada uno de los gastos funerarios. En ocasiones se puede ver en autobuses personas pidiendo una colaboración a los pasajeros para terminar de reunir el pago del servicio que brindan las distintas funerarias y de esta forma llegar a completar el dinero y darle el descanso a su familiar fallecido. Hecho que genera en varias oportunidades una desconfianza en la persona que escucha sobre las diversas circunstancias que pasa esa familia, se llega a comentar entre pasajeros “quizás es mentira de la persona”, “ese es un drogadicto o alcohólico que quiere dinero para su vicio”. Es fácil juzgar sin conocer lo cierto de este acontecimiento.
La realidad actual es qué un servicio funerario puede llegar a costar por encima de los cinco millones de bolívares, el buscar dicha asistencia bien sea sencilla o básica se comprende en: la preparación al difunto, ataúd (sencillo),  capilla de velación (una sola noche),  traslado al cementerio, arreglo de papeles y fosa, representa  una inversión muy considerable, sin mencionar que por medio del acta de defunción el especialista encargado puede llegar a pedir un poco más de dinero según las técnicas utilizadas en la preparación adecuada al cadáver.
¿A qué se debe esto? un difunto el cual murió en un accidente automovilístico; requiere preparar al cuerpo de forma especial en cuanto a higienización, conservación, embalsamamiento, restauración, reconstrucción y cuidado estético del occiso.  Muerte por una enfermedad contagiosa; genera que el experto use métodos y técnicas más específicas para que ese difunto al ser velado no cause problemas de salud a su familiares y allegados. Y la muerte natural tendría las mismas características de preparación.
Al hablar del último adiós se hace inevitable pensar en el sitio de descanso permanente del difunto en una fosa en cualquier cementerio. Actualmente en el estado Aragua, en la zona céntrica de Maracay, se encuentra el cementerio La Primavera; para lograr darle cristiana sepultura en este espacio la persona tiene que haber comprado su parcela con anterioridad, contrario a ello se difiere al difunto a otro cementerio. Cabe destacar que este cementerio suele ser profanado con frecuencia y posee tumbas abiertas con los cadáveres a la vista.
El Cementerio más conocido es el Metropolitano de Maracay, por el colapsado de las tumbas las mismas pasan hacer fosas comunes el costo es de dos millones ochocientos mil bolívares (2.800.000,00). Con base a la investigación realizada las funerarias dan cómo opción, y comodidad para el bolsillo del doliente enterrar al difunto en el Cementerio de Palo Negro Municipio libertador con un costo de un millón quinientos mil bolívares (1.500.000,00). Por su parte el Cementerio Municipal de Santiago Mariño la fosa tiene un costo de un millón setecientos mil (1.700.000,00).  
Otra de las opciones que brindan las funerarias es el servicio de cremación, si fue deseo del difunto  ser velado antes de ser cremado, se le alquila el ataúd por un costo aproximado de dos millones quinientos mil bolívares (2.500.000,00) que incluye capilla velatoria y la preparación. La cremación tiene un costo de tres millones novecientos sesenta mil bolívares (3.960.000,00) y debe ser trasladado a San Joaquín de Carabobo. Por otro lado se encuentra el servicio crematorio en los Teques, tiene un costo de dos millones de bolívares (2.000.000,00) sin olvidar que el traslado a los Teques es otro monto a sumar.
Para concluir se debe recalcar que algunas funerarias pueden brindar la ayuda necesaria, como indicar a los familiares que se dirijan a las alcaldías y pedir una ayuda, los mismos asumen no el costo completo pero si dan una colaboración para los familiares, también se debe contemplar el afiliarse a un seguro funerario.  Hay que agregar un punto fundamental es la crisis económica y el incremento de la divisa dólar, muchas de estas funerarias se manejan al precio de dólar al día, entonces hay que asumir que estos precios pueden sufrir su incremento.  Ya morir es un lujo que muy pocos se pueden dar, pero es la ley de la vida.